domingo, 2 de noviembre de 2008

GACHAS DE VIEJA


Aquí les dejo un plato muy típico y apropiado para la víspera de “Todos los Santos”.
Ésta receta, tendrá mil variantes dependiendo de cada zona y del paso del tiempo.
Antigüamente se hacían con agua a la que en la actualidad se ha sustituido por leche.
Siempre se ha dicho que las abuelas de antaño, eran verdaderas cocineras, puesto que de poquito hacían maravillas. ¡Qué tiempos tan difíciles tuvieron que pasar las pobres!
Aquí les dejo la receta familiar de las “Gachas de coscurritos”, así es como le llamamos en casa, y que con mucho arte mi madre heredó de mi queridísima abuela a la que en estos días recordamos más si cabe.

INGREDIENTES;
Estas son las medidas que yo puse y me salieron muy ricas, pero no quiero perder la receta original, por lo que más abajo, os pongo exactamente como me lo explicó mi madre.

55 Cl. Aceite de oliva
Cáscara de limón
2 Tramas de canela en rama
Canela molida
1/5 l. Agua
150 grms Harina
5 grms. Sal fina
25 ml. Anís dulce.
Aceite de girasol
Pan del día anterior

ELABORACIÓN;
Troceamos en pequeños daditos el pan, freímos y reservamos, cuidándonos de eliminar el exceso de aceite (girasol)con papel absorbente en el plato.
En una sartén grande, se echa un poco de aceite de oliva, y la cáscara de limón, cuando esté frito, se aparta la cáscara y también reservamos.
En un cacito ponemos a hervir el agua con la canela en rama, ( tiene que hervir bastante para que se impregne todo el aroma), vertemos el aceite en una olla junto con el agua que colaremos para no encontrarnos ninguna ramita desagradable.
Cuando el agua haya enfriado, echamos un poquito de anís, yo usé Machaquito, que es de aquí al lado del pueblo de Rute y tienen muy buena fama, añadimos la harina, como 6 o 7 cucharadas, media cucharadita del café de sal fina y ayudados de un cucharón de madera, incorporamos al fuego removiendo con cuidado que no se nos peguen,.
Añadimos el azúcar al gusto y agua si vemos que nos espesan demasiado pronto.
Si se nos hicieran grumos, un truquillo es usar la batidora, nos quedaran súper finas.
“La gracia”, como dice mi madre de las gachas, es que corten, “tienen que cortar”, es decir, cuando hayan enfriado tienen que quedarse gelatinosas y fáciles de cortar con un cuchillo, para ello, mientras estamos removiendo veremos que llega un momento, en el que espesan de forma considerable y forman pequeños cráteres, cogemos un poco de gachas con la cuchara y la volcamos, si nos gotea pero el resto que queda adherido a la misma se solidifica estarán listas.
Añadimos los daditos de pan a la olla y pasamos a emplatar. Rociaremos con un poquito de azúcar (qué dará brillosidad al plato) y canela molida.
Ricas están desde el momento que se hacen, aunque no se deben comer porque pueden sentar mal ,pero cuando enfrían, podemos robarle un trocito de cielo al señor, porque están…. como el mismísimo paraíso de ricas, eso si, de un día para otro, “quitan el sentío” como decimos por aquí.