domingo, 1 de junio de 2008

Caracoles guisados

Tienen que gustar mucho mucho éstos bichitos, para pasar por el calvario que representa todo el proceso de elaboración.
Yo todavía no me he atrevido a ello, porque mientras tenga a la cocinera oficial del reino, “mi madre”.... jejejeje. Qué cara tengo verdad?, lo cierto, es que es muy laborioso, pero por otro lado, como los de en casa, desde luego no los vais a comer en la calle, lo digo yo, que como no sean de confianza, yo no les meto mano, además que se pasa muy divertido si vas al campo a cogerlos.
Éstos de la foto, son del campo de mi tita Aurori.



Aquí os dejo todo el proceso, a ver si os animais;

1.- PULGADO; Éstos animalitos, se crian libremente entre la vegetación, por tanto pueden comer cualquier cosa, como hiedras o incluso setas, alimentos, que a ellos posiblemente les encante, pero que para nuestra salud, pueden resultar perjudiciales, por tanto, lo más sano, es tenerlos varios dias a dieta, tapaditos en una cesta de mimbre, con un platito de agua y otro de harina y unas cuantas hojas frescas de romero, para que se les limpien bien los intestinos y a la vez se nos pongan gorditos y con aroma.

2.- LIMPIEZA; Esto es lo peor, los vamos lavando y enjuagando con agua, una y otra vez, hasta que vayan echando todas las babas, cuando creamos que están listos, les echamos sal gorda y vinagre, no muchas veces, porque podemos quemarles la piel.
Después del ultimo enjuagado, pasamos a una olla grande, con agua fría.
Vamos calentando la olla a fuego muy lento, de esta forma los caracoles empezaran a salir confiados.
Tiramos el agua, y volvemos a enjuagarlos en agua fria.
Calentamos nuevamente la olla a la que incorporaremos bastantes hojas de hierbabuena, sal, cornetillas o cayenas, sobre 6 o 7 ajos y una pastilla de caldo de ave, retiramos la posible espuma que salga.
Cuando veamos que tienen todos los cuerpos fuera, les pegamos un fuerte golpe de calor, y dejamos que hiervan.
Y ya están listos para consumir. Suelen durar un par de días en el frigorífico.

NOTA; Se puede añadir comino molido, o sustituir la pastilla de caldo de ave por jamón. En la zona de Sevilla, añaden cebolla. Es cuestión de gustos y de cultura gastronómica.

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